viernes, 18 de mayo de 2012

ensayo final diana palomino


Diseño, arte y semiótica en el mundo actual.
Diana Isabel Palomino Victoria - 11205060
Andrea Rodríguez Mancera­
Ensayo final comunicación oral y escrita II – Universidad Icesi
Viernes 18 de mayo/ 2012




DISEÑO, ARTE Y SEMIOTICA EN EL MUNDO ACTUAL

Cada día los medios de comunicación masiva tienen mayor importancia  en el marketing de productos  a todo nivel. La utilización de los diferentes medios de comunicación como  medios publicitarios para la venta de cualquier producto, como son los periódicos, revistas, folletos, televisión, internet, etc., realizan su función, vendiéndoles a los consumidores las imágenes que se  proyectan  para crearles una necesidad ya sea real o imaginaria. Estamos sometidos al bombardeo de las imágenes que nos quieren vender. Es el lenguaje que todos interpretamos a través de las motivaciones visuales que nos llegan, y que se transforman en  un lenguaje colectivo que nos hace empezar a pensar y desear algún objeto que creemos nos mejora en lo personal o en cuanto al nivel de vida. Lo que se busca es lograr que los consumidores cada día sientan mayor necesidad de productos que ni siquiera se  requieren, ni para vivir, ni para ser feliz. La publicidad a través de las propagandas, anuncios, pautas publicitarias en las horas de mayor rating de programas de televisión, noticieros,  tienen como misión, de fondo,  la de sembrar en las personas las imágenes diferentes del mundo real,  haciendo que dichas imágenes se hagan parte de uno mismo y se empiece a ver el mundo de  la manera que nos lo quieren presentar o vender. Se produce entonces, una necesidad de competencia entre las personas de diferentes clases sociales, para alcanzar los estándares de moda, belleza,  consecución de productos como autos, casas, fincas, viajes, estudios, etc., que se muestran como los ideales para entrar en mundos de mejores condiciones de vida, haciéndolos aparecer como las metas que obligadamente  todos deberíamos tener. Los mecanismos que utilizan los medios de comunicación masiva, son muy sutiles, muchas veces catalogados de mensajes subliminales,  generados de manera insistente, repetitiva,  llegan a ser muy efectivos, logrando el efecto de imponer nuevos estilos, modas,  como también cambiando la forma en que las personas se relacionan con  muchos objetos de uso diario. El ciclo de vida de los productos es cada vez más corto, pues podemos ver en la vida práctica que las empresas productores, en aras de  tener cada día mayores niveles de ventas de sus productos,  buscando mayor  ganancia económica, han sacrificado la calidad de los productos, haciendo su vida útil cada vez más corta y utilizando  insumos  de baja calidad, a fin de obligar al consumidor a reponerlos a corto plazo.      

También se da porque al bajar los costos de producción utilizando mano de obra más barata (como lo hacen actualmente las grandes compañías a nivel mundial,  que crean sucursales en países con grandes niveles de población), los productos finales resultan de baja calidad y poca durabilidad.  La respuesta a esto puede hallarse en la semiótica de los artefactos, el sentido de los objetos en relación con el lenguaje, la capacidad del hombre para significar su realidad a partir de nominar a los objetos. En los comienzos o en el origen  de la ciencia de la Semiótica,  se utilizaron muchas formas de expresiones  artísticas, para significarle al mundo muchos símbolos de su tiempo.  Un ejemplo de esto fue la construcción de forma magnífica en su tamaño de las principales catedrales de Europa, diseñadas en grandes proporciones significando la grandeza del Dios supremo, y la pequeñez del hombre; también las pinturas que fueron realizadas por pintores famosos como Leonardo  Da Vinci en los frescos de la capilla Sixtina en Roma, cuyo significado fue expresar la belleza y magnificencia de Dios. Otros significados de la semiótica en la Edad Media, fueron las construcciones utilizando columnas redondas, así como la ornamentación de las construcciones de estilo gótico. En la actualidad, los objetos muestran su relación con el placer  (relación que ha sido creada a través de los medios   de publicidad),  y su significado actual es muy efímero, tienen un sentido práctico. Existe una relación estrecha entre objeto y poder.  Esta relación  ha sido creada y sostenida por los medios de comunicación y es cambiante, se juega con los símbolos, con las imágenes que se crean para  la mayoría de la población. La cultura está configurada por el imaginario colectivo.
Actualmente el campo de acción del Diseñador Industrial es muy amplio, debe estar preparado para tener la suficiente visión  en el mundo tan cambiante  de hoy, de entender cuál es la percepción que las personas tienen de su mundo, su entorno, sus necesidades, sus deseos de muchos tipos, y ser capaz de interpretar, de entender esas necesidades, para transformarles en símbolos a través de los productos  que diseñe para satisfacer totalmente al consumidor.   Es un lenguaje de arte y de belleza, de armonía y de practicidad, de respuesta. Eliseo Verón define el sentido como producción discursiva remitiendo al funcionamiento de la red semiótica conceptualizada como sistema productivo, que deja huellas en los objetos. La cocina en todo hogar, sigue siendo el sitio de mayor interacción familiar, lugar donde se reúne la familia no solamente a satisfacer una necesidad primaria de alimentación, sino a conversar sobre el día a día.  Es el espacio donde se transforman los insumos alimenticios  (vegetales, granos, frutas, carnes, etc.) para suplir una necesidad a la familia.

La cocina desde los tiempos más remotos de la civilización, desde el hombre primitivo, se ha considerado como el sitio importante de las viviendas ya que se guarda en ella todo lo necesario para procurar la sobrevivencia de los seres humanos, y se constituye como la base de la capacidad del hombre para sobrevivir.  En la cocina moderna los utensilios son considerados ahora no solamente por su uso como ayuda en las labores domésticas,  por su uso práctico, sino que adquiere un significado nuevo en cuanto a que su diseño debe incorporar diferentes aspectos relevantes en lo relacionado con la visión actual  de las cocinas. Ahora lo importante no es la función que prestan los utensilios de cocina, en cuanto a la ayuda para realizar el trabajo más fácil, sino que se refiere a obtener otros objetos por medio de las cuales  cada familia quiere ser percibida  por las demás. Con relación a esto, la semiótica de los artefactos nos da algunos elementos que nos ayudan a comprender la transformación de los gustos de las personas, de cómo  ha cambiado el significado de los  espacios de las cocinas en cuando al sentido estético, lo cual se ha debido al cambio en la cultura de las sociedades, en donde ahora el trabajo culinario se volvió un arte y se empezó a presentar de esta forma siendo aceptado por la mayoría de las personas y siendo promocionado por las campañas publicitarias. Igualmente los espacios de cocinas y todo su mobiliario, ahora es publicitado adicionalmente en las campañas o ferias de vivienda. 

Las distribuciones de las viviendas, así como todo el mobiliario y utensilios que se tengan, como cuadros, adornos, plantas, etc., todo lo que mejore el ambiente interior y exterior, empiezan a significar el tipo de personas que habitan en estos sitios. Conocer el interior de un cocina, es como conocer las intimidades de una familia,  de ver como es la distribución y utilización de sus utensilios,  de cuáles son los  productos prioritarios que consumen, etc., es darse cuenta de cuan adaptados están a la vida del mundo moderno.  Se puede comprobar que tanta importancia le dan a la luz, que tipo de iluminación usan. Los diseñadores que deseen estar a la vanguardia, no pueden olvidarse de la importancia de la cocina desde tiempos ancestrales, pero deben de estar igualmente comprometidos con el sentido estético moderno. Deben los Diseñadores realizar la fusión entre lo artístico, lo bello, lo que impacta a la vista, con todo lo práctico que hoy en día son las cocinas.

Cuando el Diseñador entiende y aplica la relación que existe entre el usuario y el objeto dentro de su entorno,  los utensilios culinarios cobran vida, adquieren un valor que va mas allá del mismo precio de venta del objeto, ya que es un valor artístico que tiene el sello propio de cada Diseñador. La cocina actual no refleja la imagen de la mujer ama de casa, sufrida y teniendo que realizar un trabajo que no es pago y que no es ni siquiera valorado. Ha tenido un gran cambio el concepto antiguo de la cocina. Se ha ampliado este nuevo concepto en el imaginario colectivo. No es ahora sólo el espacio donde se elaboran diferentes platos  que deben de estar terminados a cierta hora del día para satisfacer el paladar de  un hombre patrón que quiere que le atiendan. Ahora, la cocina incluye a hombres, mujeres y niños, así que los diseños de los espacios, del mobiliario y de los utensilios de las cocinas, deben buscar satisfacer el gusto, brindar comodidad y atraer a todos los miembros de la familia. La competencia radica en lograr diseñar utensilios que logren captar y expresar esa sensibilidad y que esto permita que otras personas quieran obtener dichos utensilios movidos  por el deseo de querer alcanzar esa sensibilidad que se expresa a través del arte en los utensilios y que es algo innato en los Diseñadores y que no se puede lograr fácilmente. En nuestro quehacer como Diseñadores, debemos procurar ingresar en ese espíritu, en esa cosmovisión del ser humano actual, evitando quedarnos solamente en la utilización de colores, texturas y tonalidades. Estamos obligados a introducirnos en el arte al que estamos llamados, sino queremos quedarnos relegados ante las exigencias del consumidor contemporáneo. Todo esto se justifica porque “el arte, como la ciencia, muestra al público las estructuras básicas del mundo y de la vida humana, pero ambos lo hacen por su propio camino” (1)

Cuando se trata de productos de consumo popular, la satisfacción del consumidor es algo momentáneo y puede considerarse fácil.  No así, satisfacer al consumidor con productos de mayor duración, es algo diferente y debe capturarse su atención a través de la publicidad. Para  lograrlo, debe trabajarse en lograr la empatía con los consumidores, término que para este caso, significa comprensión de la vida mental de otros. Ese objeto, gracias a la publicidad, suscita sensaciones de placer y poder en el consumidor, que le hacen adquirirlo. No se puede seguir pensando en la “casa” o vivienda, como si fuera un objeto compuesto de cuatro paredes, un fogón que reúne a la familia, la resguarda y le permite satisfacer algunas necesidades básicas, como son vivienda y alimentación.
Este concepto se debe revaluar y ajustarlo a los cambios que han ocurrido en su representación, en la relación que guardan sus usuarios o consumidores con ese espacio afectivo, que ha sido modificado y que también ha traído cambio en la forma de interactuar  en dicho sitio  por los miembros de la familia. 

Haciendo un intento de recopilar ese nuevo lenguaje que se percibe en las cocinas, se hace necesario retomar aspectos fundamentales de la Semiótica de los artefactos,  por ejemplo, como instaurar una cercanía al objeto desde los signos icónicos, es decir, como la forma percibida  del signo se parece al objeto de referencia y de qué manera se le da personalidad, haciendo uso de figuras geométricas, jugando con las imágenes, con las líneas, con la textura, el contraste que hace con la luz, el aprovechamiento de los espacios. En la actualidad se explota bastante el sentido metafórico, diseñando objetos que tienen una relación directa con los objetos de la infancia, con el sentido maternal, con imágenes u objetos tomados de los cuentos infantiles, se retoman personajes que  hacen de fondo  para muchos utensilios de la cocina como tablones, manteles, cuchillos, etc.  Y muchas  máquinas que  llaman la atención por lo estético y lo prácticos que son. Al consumidor se le atrapa con otro concepto y es que todo debe ser muy práctico y encontrase fácilmente, estar a mano. Pensar en los costales que se encontraban en los rincones, en los armarios llenos de cajones, se considera ahora antihigiénico y poco práctico. En la actualidad, de acuerdo a como lo repiten los chefs de cocina,  quien ingrese a la cocina no debe tener que moverse en un rango mayor de 90 grados, y los utensilios de cocina y los ingredientes necesarios se deben de tener a la mano. Esto constituye un nuevo referente de cocina que se distancia del concepto ancestral, pero sin abandonar su simbología esencial.

Umberto Eco (1984,1999), retoma la función mediadora del lenguaje. Sus escritos nos permiten el estudio de los objetos respecto de las funciones comunicativas que se identifican en ellos y en los significados que toman en dicha relación. Esos significados se arraigan en la tradición y en el uso, hasta que se convierten en verdades. Se llega a pensar que la significación de la circulación de los discursos, de la imposición de usos y  costumbres, estuviera siendo controlada por los medios de comunicación. Aunque así sea, no podemos ser ajenos  a las tendencias, a las innovaciones que esos nuevos referentes exijan para estar al ritmo de la vida actual. De otra forma, ignorar estas tendencias, significa quedarse al margen, quedarse atrás y no incorporarse a los segmentos de mercado.
Como Diseñadores Industriales, debemos de tener la capacidad de  asumir los cambios que surgen en el mundo de hoy, sin dejar de lado la capacidad crítica de la sociedad de consumo, debemos ser creativos, innovadores, sensibles a las necesidades, para ser capaces de diseñar en espacios de representación social como son las casas y las cocinas.  De acuerdo al decir de Wollflin (1908-1956), “interpretamos todo en el mundo exterior con los mismos medios de expresión que sentimos en nosotros mismos”  por lo tanto, los objetos terminan siendo una prolongación de nosotros mismos. Y son los objetos los que terminan configurando esa realidad de la que hacen parte los hombres.  

La función que cumplimos como Diseñadores Industriales es importante,  porque  primero en nuestras mentes y luego en nuestras manos moldeamos objetos maravillosos que pueden enriquecer el imaginario colectivo; lo hacemos como los legendarios artesanos, llenando una necesidad sentida , que pueden lograr hacer la vida más cómoda y más llevadera a las personas, tanto en las casas como en las cocinas. 

Para nuestra tranquilidad las obras que realizamos los diseñadores industriales tienen la virtud de permanece en el tiempo, de no ser fácilmente “desechables”. En nuestro ingenio está la posibilidad de convertir en arte los utensilios que servirán de compañía, de comodidad a quienes sienten la cocina como el recinto del afecto familiar, a quiénes no se resignan a dejar perder su metáfora de fuego que abriga, que enlaza y reúne. Podemos contribuir a hacer piezas duraderas, utensilios, instrumentos que establezcan un dialogo con sus usuarios, que se conviertan en elementos de un conjunto. La velocidad del mundo seguramente seguirá dejando de lado objetos pero –afortunadamente- la cuchara seguirá siendo cuchara, el cuchillo seguirá siendo cuchillo y las ollas en todas sus formas y tamaños no dejarán de estar en ese reservorio del imaginario colectivo. En nuestras manos está que estos y otros objetos tengan ese nexo de sentido con aquello que nos hace sentir a gusto en una cocina.


BIBLIOGRAFIA
(1)  C:\Users\Usuario\Documents\Libros\Lectura\Arte y Diseño\Arteologia - Semiotica De Los Artefactos [mht].MHT

Jurado, Alfredo Cid, El estudio de los objetos y la semiótica, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 2002




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